Sin remedio
algo se está yendo,
algo ya se fue.
El cuerpo ya no obedece mis razones
nunca será más dócil
complaciente
ni ágil que hoy.
Sin embargo sigue siendo a su manera
predecible y fiel
irreductible y misterioso.
Dan ganas de ponerle riendas
y domesticarlo con ternura.
Con complicidad de viejo amigo
lo levanto del sofá y lo encamino a la luz.
Lo alimento de colores varios
calmo su sed
con una que otra trampa de café o mezcal.
Me ha dado sobresaltos
desde hace once años
pero ¿quién no se hace amigo de sus viejos dolores?
Lo subo al balcón para que tome aire
le hace bien el frescor de la noche
y mirar las escondidas estrellas
detrás de las que atisbamos
con ojos adolescentes.
Es un cuerpo otoñal y le va bien el tono
de las mandarinas
el color del cempasúchil
las siemprevivas de los llanos altos.
A la cabeza le sienta el gris
a los ojos les hace sombra el párpado
y la mirada va con más frecuencia hacia dentro.
Es un cuerpo que acumula mañas
para cargar cosas
y domina el arte de subir y bajar.
Disimula sus fallas con destreza de viejo bailarín
se aferra a las paredes
se eleva en sus meniscos
sin demasiado aspaviento.
De repente, por las noches,
lo he visto volar
montar a caballo
entrar al mar profundo.
Le gusta darme sorpresas
tomarme por asalto
hacerme reír
desprevenida.
Entonces amanece más flexible
se pone los tenis sin tantos miramientos
se saca al sol como si fuera un fruto
maduro de tanta miel
y sube la ladera de sí mismo
hasta danzar con los ángeles del día.
25 de noviembre de 2020
Se están rompiendo afuera
las redes, escalones y diques
los techos y los puentes
los cobijos, las puertas.
Adentro
–¿hay un adentro a salvo?–
subo al telar
armo la urdimbre
tomo los hilos
comienzo.
Mis manos intentan
escaleras, jarcias
cáñamos trenzados, atarrayas
rebozos, mantas, paños,
linos para nacer y para morir
para velar y dormir.
Nada más hago
todo el día
estos adentros.
Las manos cansadas
–agradecidas–
cada noche.
18 de enero de 2022
*Guadalupe Morfín es autora de los libros de poemas De jacarandas y lunas (1985), En espera del ángel (1989), Mansos diluvios (2004), Tiempo de
plantar olivos (2011), Relámpagos de la memoria (2017) y Teología de las pequeñas cosas (2022). Es abogada y maestra en Literaturas del siglo XX por
la Universidad de Guadalajara. Fue presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco; comisionada para Prevenir y Erradicar
la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez; fiscal especial titular de la Fiscalía para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de
Personas, de la Procuraduría General de la República; regidora por Guadalajara, presidenta de la Comisión Edilicia de Derechos Humanos e
Igualdad de Género y consultora independiente en temas de paz, democracia y derechos humanos.