I
A la madre de M
Piensa un árbol un pájaro una pena
piensa niebla pájaro que teje tejados en invierno
imposible salvar el error buscando el poema
La memoria es una alcantarilla
el ingenio ciego
Un calabobos despista el sentido y desmenuza
el orden de tu mano
Al lado una anciana saciada
de memoria estalla
El viento —no de nadie no de todos—
alarga hasta tu mano su morir
Un hijo pródigo atraviesa la frontera
del no con su recuerdo
Minutos después el poema
—que es el pájaro— entra en casa
le enseña la pena en una escultura de madera
el vértigo del huerto
negro huerto ofrecido en usufructo al caminante
el Alzheimer de la madre diseñando idiomas propios
—su madre—
madriguera y pena repartida en cuatro hermanos
En la mesa están sus manos con vistas a la nada
en el suelo están sus pies
dibujando un fino círculo de aire o de agua
un hablar enredado en palabras cerradas
árbol pájaro pena
imposible no perder la memoria
no perder la memoria
perder la memoria
perder la
la
su alegría se enroscaba
cuando decía Memoria decía
Lápiz y el poema entendía lápiz
Es el tiempo del lápiz y lo frágil
Aquella mañana buscando poemas
el lápiz se rebeló
—ninguna pena detendrá el pájaro ni el árbol
Ahora después aquí
¿para qué buscar cuando el poema es corpóreo?
X
Nadie viene nadie de la luz oblicua
nadie por las acolchadas escaleras de la memoria
allí resbala la memoria de los nadie
esa cosa privada comida por el viento
Intento recordar la contraseña del olvido
pero la armadura de mi cabeza
lleva un desorden de letras
a una tierra que vive en High Fidelity
El poema planea la hoguera de la confusión
pero la cosa no es hoja pasada a limpio
ni un borrador
ni un conjunto de versos
descentrados ni palabras no encontradas
ni siquiera es un 404 not found
su estructura satélite es mi memoria
privada analfabeta el comienzo
del fin del mundo
cigarro y mente extinguidos
por el mechero del viento
¡Qué dócil espejismo este pez arcángel terrorista!
Un lagarto escondido en la fruta electrocuta
mis recuerdos de manzana
El manicomio
o esta nueva Babilonia
donde una piedra nos mira
ser movidos por la ficha
Destejemos el sombrero que nos cubre la cabeza
para prenderle fuego a lo olvidado
No nos queda tiempo de quemarnos
todas las abuelas ciegas
nos miran a través de los espejos
y sobre los espejos la luz de la mañana
XXIII
¿Dónde están mis cosas?
mandos de televisor en pecera dos
azucareros en neveras donde
te calzas pantalones por las manos
pones gafas de zapatos en carcasas
móviles de PVC zapateros de palabras
que empiezan por
A de ómnibus y O de abecedario
libro libro dos en mesa que paseas
dentro de la casa a oscuras
buscando las afueras de tu casa
Yodo está en su sitio
Nuria Ruiz de Viñaspre (Logroño, España, 1969), poeta con más de quince libros publicados y obras traducidos al portugués, inglés, francés, persa y armenio. Entre sus más recientes publicaciones se encuentran Todo se hará público (Trea, 2019), Capturaciones (Olifante, 2020) y Parte meteorológico (Planeta Clandestino, 2021). Los poemas que presentamos en Folios pertenecen al libro Las abuelas ciegas, galardonado con el XXIV Premio de Poesía Nicolás del Hierro en 2022, cuya temática es la pérdida de la memoria por la enfermedad del alzhéimer.