Poemas seleccionados para revista, extraídos del libro “No se borra la cicatriz en la piel del tiempo”. Maleta de Hemingway 2023.
No se hicieron carteles con tu rostro:
se descartaron las recompensas,
las búsquedas policiales,
andar de puerta en puerta
sin detenernos, tras una pista de tu paradero.
No se supo de tu ausencia
más que una rebaja en el supermercado.
El mundo siguió como siempre.
Ni una breve nota
en las páginas del periódico
que alertara de los hechos:
no hubo sismos o trompetas
anunciando el apocalipsis.
Nos quedamos a la espera de un llamado,
de una señal definitiva,
algo que revelara las coordenadas
de tu estrella agonizante.
Nunca nadie llamó:
suspendido en el humo de la duda
quedó tu cuerpo.
Como la nieve lamida por el sol
te desvaneciste en silencio.
Soy como ese barco que naufraga
rumbo a las piedras.
Como esa presa herida a medianoche
acechada por los lobos.
Y emano miedo;
tembloroso me rehúso a ser presa,
aunque ya cuelguen de mi cuello los colmillos.
Se formó una recua de reclamos sobre
quién, cuándo, dónde, por qué.
Los que sabían de tu desaparición
nos sugirieron alzar la voz
y usar tu nombre como un conato
de justicia por los otros que aún no aparecían.
Animaban a la lucha férrea,
a ir por las avenidas principales
deteniendo el tráfico con grandes pancartas.
Escupir frente a la presidencia
y encarar al alcalde.
Pero pasaron los días y todo se tranquilizó.
Los que aclamaban revolución
regresaron a casa y abrazaron
a sus seres queridos
como si no los hubieran visto
por un largo tiempo;
como si tuvieran motivos suficientes
para salir a las calles
siguiendo con sus hábitos volátiles,
despreocupados del futuro,
y con autoridad
hacer sonar el claxon de sus autos iracundamente,
porque en medio de las avenidas principales
un grupo de personas con grandes pancartas
alzan la voz;
se baten en una lucha férrea
y escupen improperios al alcalde,
exigiendo un poco de justicia
por los que aún no aparecen.
La sílaba menguante en la oración,
su peso atónito,
destruye lo que el ángel otorga al poema.
Donde la voz aflige su tono
se forma un sendero de ausencias:
cicatrices discontinuas en el verso.
Aquí también (como en el corazón)
se abren abismos,
algo queda vacilando a la deriva,
desaparece en un punto incierto
su presencia rítmica.
Para el poeta que ama el oficio
también esto es una pérdida.
Bladimir Tapia Nery es un joven poeta que se abre paso en la escena literaria con una obra potente y precisa, que retrata las tragedias cotidianas y las resignifica para no olvidarse de ellas.